Huelga general.


Me declaro en huelga de quienes actúan sin pensar
y de los que a base de profundas reflexiones
omiten siempre transformarlas en hechos.
De cuentos de princesas encantadas
y de encantadoras princesas con mucho cuento.
De los que hablan en plural
y de los machos muy machos
que se vuelven sapos al primer beso.
De doctrinas perfectas
de preciosas ideas imposibles
de partidos y de enteros.
De dulces amargos
de roscones sin premio.

Me declaro en huelga de espinacas cocidas
y de coles de Bruselas por más que las rehoguemos.
De cirugía plástica
de plásticos
de idiotas pontificantes en los medios.
De cadáveres en los platos
de cereales transgénicos.
De medicinas alternativas
o de médicos de familia
que todo lo sanan con ibuprofeno.

Me declaro en huelga de cazadores asesinos
de presas profesionales
de taurópatas confesos.
De quienes ganan
de los que pierden
porque en ganar y en perder
consiste el juego.
De homeópatas de la inteligencia
que piensan que al diluirla
multiplica sus efectos.
De cualquier autoridad
de los malos y hasta de los buenos.

Me declaro en huelga de quienes todo lo dominan
de los carentes de dudas
de los que necesitan tener razón para tener razón.
De los ineptos.
De los que aman matando
y de los que matan queriendo.
De intelectuales
de sindicalistas
de emprendedores y de banqueros.

Me declaro en huelga del Madrid y del Barsa
de Contador
de Nadal
y quizá de algún concierto.
De Semana Santa
de carnavales
del catorce de febrero.

Me declaro en huelga de mí mismo
porque de ti
ya no puedo.


Comentarios

  1. Me adhiero a tu huelga, salvo en lo relativo a la tauromaquia, y a que te la tomes tan en serio, que dejes de escribir en el "blogs". un abrazo

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    1. Gracias, en algo teníamos que discrepar. Por la tauromaquia, me refiero. Un abrazo.

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