Colapso. Un libro que "hay que leer".


Fiel a mi costumbre llegué tarde, lo suficiente como para permanecer de pie y sin ver un pimiento la mayor parte del acto. Algo esperado, el Centro Social 3peces3, en pleno corazón de Lavapiés, no acumula el aforo necesario para el tirón de Taibo entre ese minoritario sector de la población que se rebela ante el pensamiento uniforme. Para compensar, me fui antes del final, en parte por el hastío de ciertas preguntas (los hay que parecen acudir a la presentación de un libro con las interrogaciones preparadas de casa, sean cuales fueren los argumentos del ponente); y sobre todo porque me escapé de modo literal –con la simple intención de adquirir el texto– de un acto en el que había comprometido mi presencia meses atrás y resultaba obligado regresar a él.

No seré yo quien vaya a desvelar en este blog el contenido de una obra que valoro como de conocimiento imprescindible. El propio autor en su página web ya realizó un resumen destinado, supongo, a quienes carecen del tiempo o de las ganas de leer. Sí anticiparé que frente al discurso gastado de los viejos partidos y frente a la peligrosa deriva de quienes, llegados a la política para expulsarlos, van camino de convertirse en simples sustitutos, en los reservas defensivos que el entrenador dispone sobre el campo para asegurar el resultado cuando el rival aprieta; Colapso supone ante todo un soplo de viento nuevo en el consumido desierto del pensamiento contemporáneo. Nada que ver ni con las originalidades de extravagantes economistas mediáticos, tipo Niño Becerra; ni con ese empecinamiento en reiterar respuestas fracasadas a problemas que ya no existen, tan propios del admirado Vicent Navarro y toda su corte de aduladores de los dinosaurios. El libro de Taibo nos presenta el escenario histórico al que probablemente nos enfrentamos. Un tiempo de tormentas, de fin de una civilización que como todas termina por asfixiarse en su propio éxito. Y ello en un contexto en el que parece complejo que los humanos resolvamos esas tensiones a la antigua usanza, mediante una guerra universal o una pandemia que, en aras a la subsistencia de la especie, borre de la vida por las bravas a los individuos que estorban.

Nos ofrece las diversas opciones que se plantean a modo de salida del laberinto. Él, como es obvio, prefiere la suya, la que en un alto grado también asumo, la que partiendo desde posiciones ecolibertarias aspira a transformar lo inevitable en conveniente, la que pretende convertir en realidad ese mundo nuevo que se necesita. Se trata, como indicaba, de una posición de partida; el destino exacto se determinará sumando voluntades, la principal diferencia entre quienes han sido capaces de evolucionar sus ideas hacia otros caminos y los que permanecen esperando a Godot, perdidos en alguna encrucijada de la historia.

Imagen: Eldiario.es
El libro, como debe de ser, herirá a casi todos. A las derechas porque apunta sin intermediarios hacia las bases en que se sustenta la supremacía de los dominantes; a la izquierda parlamentaria, la U.I.P. del sistema, porque demuestra sus carencias. Ni usa sola línea al concepto que titula este libro, ni a los inaplazables planteamientos decrecentistas, en las promesas electorales de ningún partido. La eterna dictadura de ese corto plazo que nunca llega. En palabras de Borges referidas al peronismo, no son ni buenos ni malos, sino sencillamente incorregibles.  

Como siempre consideré la imparcialidad un objetivo inalcanzable, me conformo con resultar honesto. Y en consecuencia, debo advertir a los lectores (por si queda alguno que aún lo desconozca) que probablemente mi opinión nazca sesgada por la afinidad ideológica y por la excelente relación personal que mantengo con el autor. Así que, al estilo de esos notarios con apellidos de notario, tan abundantes en nuestra geografía, hechas las advertencias legales oportunas… Colapso, de Carlos Taibo, uno de esos libros que hay que leer.

Comentarios

  1. Muchísimas gracias por tu información.Desconocía el libro y a su autor.En cuanto consiga el libro lo leeré con sumo interés. Feliz semana ,un abrazo

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