Antonio Flores. Siete vidas. #VDLN 88.

Como todo lo que merece la pena, se encontraron casi por azar. Dos gatos domésticos proscritos del paraíso y lanzados a la calle, condenados a sobrevivir entre los restos de la basura humana. Cruzaron cuatro años en una cordillera de emociones. Lunes, cumbre de un ocho mil, sin oxígeno y sin esclavos sherpas que cargaran con el peso del equipaje. Jueves, descenso hasta las profundidades de los valles más oscuros, nublados por una densa niebla que todo lo ocultaba. Felinos sin sombra, prisioneros de la desconfianza.


Se distanciaron y otra vez, casi por azar, como todo lo que vuelve a merecer la pena, de nuevo se hallaron. Comprendieron que aquello fue el producto de una función matemática (f(x)= incredulidad), de miradas suspicaces de esas que cargan sobre el otro la autoría de las propias limitaciones, de los estigmas educacionales que bajo el disfraz de los buenos propósitos nos tatúan en la infancia. Nosferatus vivientes. La condición con la que caminaron por el tiempo hasta que optaron por asumirse, para reconocer al tú como parte indisoluble del nosotros.

Dicen que los gatos poseen el privilegio de las siete vidas. Uno de ellos consumió seis en viajes sin destino; la otra, un número indeterminado. La canción no lo expresa. Decidieron decidir, derribar su historia para apropiarse del presente. Y decidieron que pese a los riesgos, pese a las opiniones de los próximos que trasladaban sobre ellos sus frustraciones personales, pese al viento oceánico empecinado en soplar siempre en dirección contraria, la última (o la siguiente, según la perspectiva), deseaban gozarla en común.



Si algo me entusiasma del eterno arte de Antonio Flores, es su capacidad para narrar de modo creíble pedazos de existencia. Sentimientos cosidos a notas musicales que exceden de lo sensiblero, para transformarse en relatos hiperrealistas de ese juego de emociones que nos acompaña desde el debut en el llanto y que alcanza en el disfrute del camino, el sentido pleno del tránsito hacia la nada.

Lo prometí en el verano, en el eje de un huracán que regaló las precipitaciones que hoy nos faltan. Aunque de cuando en cuando algún trueno remoto nos recuerde que por aquí circuló una tormenta, hecha la calma, hoy lo cumplimos. Un genio que murió joven; no para convertirse en leyenda, sino por considerar ya que tenía suficiente. Antonio Flores, Siete vidas.

Cuatro años de felicidad intercalada. 
Cuatro años de desconfiadas miradas. 
Y una historia de amor interrumpida. 
Maldita sea, maldita sea mi vida. 

Y una rosa nació entre mis manos. 
Y sus púas mi sangre han derramado. 
Sangre que brota del fondo del corazón. 
Maldita sea, que paso con mi razón. 

Tranquila mi vida. 
He roto con el pasado. 
Mil caricias pa decirte. 
Que siete vidas tiene un gato. 
Seis vidas ya he quemado. 
Y esta última la quiero vivir a tu lado, Oh, oh. 

Y ahora me encuentro en medio de este lago. 
Con los pelos de punta recuerdos del pasado. 
Con la frente arrugada mirando la explanada. 
Pensando en ella que me dio todo por nada.

No puedo olvidar su cuerpo desnudo. 
Me revienta pensar quien puede estar encima suyo.
Cuando pienso que alguien te puede probar. 
Te lo juro, que el corazón se me hace un nudo. 

Tranquila mi vida 
He roto con el pasado 
Mil caricias pa decirte 
Que siete vidas tiene un gato 
Seis vidas ya he quemado 

Y esta última la quiero vivir a tu lado. Oh, oh. 

A poco que el desenlace se parezca a lo que se intuye, nada extraña que el orejón peludo protagonista de esta historia incompleta, sienta Abril en pleno diciembre



Tampoco que escape de su natural refugio bajo los coches que usurpan la calzada, para lanzar al viento nocturno un maullido de esperanza. La expresión de un deseo con aroma a felicidad contagiosa que guerrea contra las inmundicias de esa política (y de esa economía) que el domingo celebra su fiesta pagana: Arriba los corazones.



En este viernes agorero de las fechas que nos amenazan, espero que les guste Antonio Flores. Aunque hasta el aire atufe a Navidad, a alegría impuesta por mandamiento de la Santa Madre Iglesia y de una tradición diseñada a su imagen y semejanza, a ese consumismo sin freno con el que celebramos la llegada al mundo del supuesto dios de los pobres; feliz #VDLN, feliz semana. Con la excusa de que el otoño se despide y el invierno ya se anuncia, disfruten cada instante con salud y en libertad.

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Comentarios

  1. Me encanta esta canción. Hubo un año en Navidades donde hicieron la televisión una gala donde varios artistas cantaban con los fallecidos una de sus canciones y parecia realmente que estaban ahi, como hologramas, y Lolita canto con el esta misma cancion... mira! los pelos de punta... aiii que bonito fue! lástima que se fuese tan pronto de esta vida...

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  2. La vida de los intensos. La ventaja es que dan para mucho en su escaso tiempo, y lo malo es ese tiempo se acaba pronto.
    El tema de las elecciones hace un tiempo que lo olvidé. Ya aprendí que casi nadie se mueve de su postura, así que no pasa de ser todo un engaño, otro más.
    Que la Fuerza te acompañe ;)

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  3. Antonio, me pone los vellos de punta, lo descubri una vez se habia ido y cuanto mas crezco o envejezco, mas entiendo sus letras y me gusta mas. Buena semana..

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  4. Muy grande Antonio Flores, lo descubrí con un amigo hace mil años en un viaje a lo loco a la playa y al poco tiempo falleció.

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