Franc3s. Apartamento alquilado. Vdln 18

Hoy les libero del rollo existencial. Ya se lo coloqué el martes a mi psicoanalista. Eso que ganan. Toca música, solo música. Con casi todo el país de mudanza, renuncio por un viernes al cargo de aguafiestas. Frente al pesimismo que nos acobarda y pese a que la edad va poniendo de su parte lo que puede, me resisto a caer en la canción del verano y en el recuerdo idealizado de lo viejo. 

Desde la ventana de un agosto que por desobediencia civil celebraré currando, les obsequio unas muestras de  talentos actuales. El mundo no se terminó cuando Strummer o Castoriadis se jubilaron por las bravas de sus oficios. Tampoco parece imprescindible enfermar de originalidad. Unas guitarras bien tocadas, una batería aporreada con acierto y unas cuantas cápsulas de arte, resultan suficientes para alegrarnos ese tránsito hacia la nada que llamamos vida.

  

La primera cómplice  es algo así como la ONU en mujer. Nació en Palma, de madre andaluza y padre macedonio. Tras recorrer medio mundo, se asentó en Barcelona. Se nota. Multicultural hasta en las cuerdas  o hasta en la última pieza de unos teclados que también domina. Sobre los primeros trabajos planeaba la sombra de P.J. Harvey. A partir de “Desaparecer”, ejerció su derecho a decidir y ... decidió interpretarse a sí misma. Se sabe poseedora de un físico privilegiado. Lo asume sin explotarlo. Con naturalidad. Nada que ocultar, nada que exhibir. En lo más alto una voz prodigiosa. Potente, timbrada, bonita. Maika Makovski. So far sober. Una recomendación de Curra que no podía fallar.

Titulamos la entrada con un difunto. Los gallegos Franc3s – no es una errata – , lo dejaron el nueve de diciembre. Una simple nota en su perfil de facebook, añadió carbón a mi último cumpleaños. Éramos pocos... Me encantaban. Heterodoxos en las formas y en el fondo. Una chica a los palos, otra a las teclas y un calvo de peluquería a la voz. Guerra abierta al rancio patriarcado. El vídeo, guapísimo, incluye guiño final a Paul Simonon y a la mítica portada del London Calling. La película entera recuerda a The Clash. Este "Apartamento alquilado", de sabor tan veraniego, huele a insolencia juvenil, a rebeldía con causa, a ese “nos libramos de los padres, vamos a liarla”. 

 

Lástima que nuestra sociedad se reconozca incapaz de asumir ese ímpetu. Se queda en la palabrería, en el eslogan, en los peinados. Obedezcan, voten y trabajen. Consuman hasta la muerte. El estado del bienestar los necesita. Los nuevos nuevos – tampoco es una errata – terminarán de consejeros en alguna estafadora del IBEX 35. Tranquilos, será en una eléctrica de renovables. No todos son iguales. ¡Mierda! Ya salió el diablo ácrata que llevo dentro. Lo dejo. Como dirían en "Aterriza como puedas", aquella peli que inauguró el género del humor estúpido: "elegí mal día para dejar de fumar". Me confieso incorregible, disculpen. ¡Vaya cita con media España metida en un avión! Regresen si pueden un poco más libres. Y, sobre todo, no se divorcien en septiembre; es una horterada. Felices vacaciones. Salud y libertad a todas.


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